Bibliográfico
Medardo Ángel Silva
Medardo Ángel Silva (Guayaquil, Ecuador, 8 de junio de 1898 – Ib., 10 de junio de 1919) fue escritor, poeta, músico y compositor ecuatoriano, considerándose el mayor representante del modernismo en la poesía ecuatoriana, y perteneciente a la llamada Generación decapitada.
CARRERA LITERARIA
Envió sus primeros poemas al
periódico local El Telégrafo. Pero fueron rechazados debido a
su corta edad.
La obra de Silva se contiene en dos
volúmenes: El árbol del bien y del mal, que él mismo
editó en 1917, y Poesías escogidas, una selección que Gonzalo Zaldumbide
publicó en 1926, Estuvo, con sus compañeros de generación/ Arturo Borja/
Humberto Fierro/ Ernesto Noboa y Caamaño/ bajo la influencia directa de los
simbolistas franceses, especialmente de Verlaine y Baudelaire. Era un
adolescente cuando escribió "Libro de Amor", "Las Voces
Inefables", "Estancias", "Estampas Románticas". Es
también autor de prosas poéticas y de una pequeña novela titulada María Jesús.
Fue apodado "El Niño Poeta".
OBRAS LITERARIAS
Escribió bajo los seudónimos de "Jean
D'Agreve" y "Oscar René", que adoptó en 1915. De sus obras sólo
fueron publicadas María Jesús y El árbol del bien y
del mal, el resto quedaron inéditas.
Entre sus
famosas obras literarias están:
·
El árbol del
bien y del mal (poesías, 1918)
·
María
Jesús (novela, 1919)
·
La
máscara irónica (ensayos)
·
Trompetas
de oro (poesías)
En el
2004, el Proyecto de Rescate Editorial de la Biblioteca Municipal de Guayaquil
publicó sus “Obras Completas”, en una colección de lujo propiciada por el
Alcalde de la Ciudad, Ab. Jaime Nebot Saadi,5 cuyo primer ejemplar fue entregado
a su nieto el Jurista Guayaquileño Dr. René Colón Quevedo Silva.
POESÍA ROMÁNTICO-MODERNISTA
No se sabe a ciencia cierto si es que
realmente Silva fue amigo cercano del resto de integrantes de la llamada Generación decapitada: los poetas
quiteños, Arturo Borja y Humberto
Fierro y el guayaquileño Ernesto Noboa y Caamaño; aunque se sabe
que al menos compartía una relación de correspondencia con algunos de ellos.
Cabe recalcar que Silva era el único del grupo de baja posición económica,
perteneciendo los otros a las élites capitalinas.
Mucho se
ha discutido también acerca del carácter modernista de Silva. Su obra está
llena de evocaciones a signos modernistas que llegaron tardíamente a Ecuador,
pero a pesar de ello se conjuga con rezagos del romanticismo,
lo cual no es una dicotomía sino una visión muy particular del arte de Silva,
Fierro, Noboa y Borja.
Su poesía
está llena también de imágenes melancólicas y de constantes llamados a la
Muerte. Aparecen así mismo varios reproches a la Vida, la cual Silva sentía que
lo miraba "como una reina ofendida". Otro carácter recurrente en su
poesía es el tedio inacabable y un sufrimiento que se manifiesta sin motivo
alguno.
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